martes, junio 30, 2009

Golpe en Honduras: Cuento y moraleja


Érase una vez una republiquita centroamericana, de hondas resonancias gramaticales, donde dos partidos oligárquicos se repartían el poder desde hacía siglo y pico. Érase una vez un terrateniente ganadero, miembro de uno de esos partidos, elegido presidente en noviembre de 2005. Érase una vez una alianza de países bolivarianos, ávida de reclutar nuevas naciones, opuesta de manera categórica a otra alianza económica, patrocinada e impulsada por los Estados Unidos. Érase una vez un teniente coronel de paracaidistas, comandante de la Revolución venezolana, hombre de grandes fervores populares y exacerbados odios burgueses, enemigo número uno de la extrema derecha continental.

En determinado punto y hora, el terrateniente y el comandante se encontraron. Allí se gestaron una amistad fraterna y un pacto financiero, Honduras se incorporó al ALBA, Manuel Zelaya Rosales dio un viraje en su trayectoria anterior, abandonando el neoliberalismo y abrazando la causa de Simón Bolívar. Los poderes fácticos hondureños pusieron el grito en el cielo, no cabía en sus planes que uno de los suyos desertara del carro de los vencedores y se subiera al de los populistas castrocomunistas. Consumada la traición de clase, organizaron la revancha.

Entretanto, Manuel Zelaya se paseó por los procesos revolucionarios en ebullición, conociendo similitudes y distingos, ejerciendo su novísimo papel de compañero de viaje de los presidentes de la renovada izquierda latinoamericana. Incluso cometió el imperdonable error de firmar acuerdos comerciales con Cuba, viajando a La Habana y entrevistándose con los hermanos Castro. De aquel encuentro se tomaron una serie de fotografías, que denotaban la cercanía y el respeto mutuo entre los líderes cubanos y el presidente hondureño, que aparecía en las instantáneas junto a su hija.

La burguesía hondureña se tomó las fotos cómo una puñalada en el costado, sangrando abundantemente, rabiando de dolor cómo una fiera herida en su orgullo. Aquel viejecito en chándal que sonreía junto al cowboy Zelaya era el mismísimo demonio, el principal representante de aquello que más despreciaban, de aquello contra lo que habían guerreado siempre: el socialismo. Mel Zelaya, componente del Partido Liberal, dueño de tierras y de reses, se había atrevido a romper el cerco mediático anticubano, reconociendo el patronazgo moral de Fidel Castro sobre los gobiernos progresistas al sur del río Grande. Su suerte estaba echada.

El nuevo rumbo que imprimió Zelaya a su quehacer político no se detuvo en los gestos ni en las declaraciones, se tradujo en 400.000 rúbricas ciudadanas solicitando la instalación de una cuarta urna en los comicios de noviembre próximo, dirigida a preguntar al pueblo sobre la conveniencia de establecer una Asamblea Constituyente destinada a reformar la Constitución vigente, establecida tras una dictadura militar en 1982. Las alarmas sonaron definitivamente. Era el momento de abrir la jaula de los gorilas.

La madrugada del domingo 28 de junio, un grupo de soldados secuestró a punta de pistola al presidente Zelaya, sacándole de la cama en pijama y sin calcetines, trasladándole seguidamente a una base aérea, desde donde se le saco del país clandestinamente, con destino a Costa Rica. En paralelo, el Ejército tomaba las calles de Tegucigalpa, cortando la señal del canal público de televisión y de las radios alternativas. El Congreso, reunido en sesión extraordinaria, dio a conocer una supuesta carta de renuncia de Mel, proclamando presidente de la República a su propio titular, Roberto Micheletti. El gobierno de facto ordenó a sus perros de presa la caza y captura de los integrantes del gabinete Zelaya, empezando por la canciller Patricia Rodas, que estaba en contacto telefónico permanente con Telesur, la televisora vinculada al movimiento bolivariano.

Fuera de Honduras, el ALBA reaccionó con contundencia, condenando el golpe de Estado y solicitando un pronunciamiento público de la Administración Obama en el mismo sentido. Fue la primera de una espiral ininterrumpida de condenas, que incluyó a la OEA, a la ONU, a la UE, al Grupo de Río y, finalmente, a los EEUU. Mientras, los golpistas capturaron y golpearon a los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que se encontraban junto a la ministra Rodas, que finalmente fue detenida y expulsada a México.

Honduras ha sido aislada por la comunidad internacional, que ha exigido la restitución en el cargo presidencial de Manuel Zelaya, acogido en Costa Rica por el gobierno conservador de Óscar Arias, para luego marchar a Managua (Nicaragua) a la cumbre extraordinaria del ALBA, convocada con ocasión de los sucesos hondureños.

Las últimas noticias informan de la pretensión de Mel de retornar a su patria este jueves (pasado mañana), acompañado del secretario general de la OEA y de varios mandatarios de la región. La caída de la dictadura de Goriletti (bautizado así por Hugo Chávez) parece inminente. Estaremos atentos...

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado, ¿o no?

Moraleja: La irrupción del chavismo en la escena política sudamericana a finales de los noventa trastocó los planes imperialistas en su tradicional patio trasero. Contrariando el hundimiento de la izquierda anticapitalista en el resto del orbe, la dinámica arrolladora impulsada por Chávez y por el pueblo venezolano, sembró América Latina de gobiernos transformadores, quebrando la hegemonía yanqui, capitalizando el interés catódico de los grandes medios. Éstos emprendieron una cruzada antiChávez, que no ha hecho sino reforzar la popularidad del comandante entre la clase obrera del continente.

Utilizando la exuberancia petrolera venezolana, no para enriquecer a una élite corrupta e improductiva, sino para mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas, y a su vez, la del común de los latinoamericanos, el prestigio de la Revolución Bolivariana ha aumentado de manera excepcional, contagiando a vecinos y a aliados. Es en éste contexto, en el que debemos situar el caso Honduras, o sea, la radicalización izquierdista de un ganadero de derechas, deslumbrado por el Socialismo del siglo XXI, deseoso de experimentar en su país un proceso de cambios.

Estas circunstancias especiales también han obligado a los EEUU a condenar la acción golpista, acción que, probablemente, impulsaron en un principio, y abandonaron después, tras comprobar la rotunda posición negativa de Brasil, México o Chile. El imperio no tiene la maniobrabilidad de antaño en Sudámerica, y eso es algo de lo que hay que congraciarse.

Concluye el cuento en unos puntos suspensivos, ya que el que escribe estas líneas no sabe leer el futuro, si acaso, interpretar el presente.

lunes, junio 29, 2009

Biografía incompleta del "niño de los vermuses"

A mi padre, en su 57 cumpleaños.

Vine al mundo el 19 de septiembre de 1985, en el hospital de Maternidad, en el cruce de la calle Ribera del Beiro con la avenida de las Fuerzas Armadas, en el interior de un triángulo imaginario de rancio sabor español, formado por tres vértices: la antigua cárcel provincial, la plaza de toros y el cuartel de los Mondragones. Por entonces, Antonio García López ya estaba muerto.


Oriundo del barrio de la Quinta, nacido el 25 de febrero de 1925, en el hogar de Antonia y Plácido, fue el segundo de seis hermanos: Angelitas, Luis, Lolo, Rafa y Kika. Trabajando codo a codo con su padre en la fonda de Nueva del Santísimo, criado entre fogones, guisaba como los ángeles.

Pobre de solemnidad, socio del Granada C.F., militante de los Flechas de Falange, corrió un campeonato de atletismo en el estadio olímpico de Montjuich, quedando segundo, ya que el primero llevaba mejores zapatillas. O por lo menos, eso contaba a sus hijos tiempo después.

Tras ayudar a don Alberto el alemán con sus máquinas de rayos equis, Antonio ingresó en la Fábrica de Pólvoras de El Fargue en 1947. Cerrajero especializado, fue uno de los constructores de las verjas de acceso al recinto de Santa Bárbara, que todavía hoy guardan la entrada a la factoría armamentística.

Casado con Teresa Jiménez de Toro, originaria también de la Quinta, con la que concebió cuatro hijos: Luis (fallecido prematuramente), Mari Tere, José María y Pili. Por aquella época vivían en una vivienda adosada al Carmen de los Mínimos, en la placeta de la Victoria, en el barrio de San Pedro, la parte baja del macizo del Albayzín.


Tras unas inundaciones que destruyeron su casa, el Estado les concedió mediante un alquiler simbólico un inmueble de dos plantas, en la calle Tánger, en la barriada de La Paz. Se mudaron a finales de los años sesenta.

Por aquellos años, el Polígono de Cartuja era un barrio de aluvión, el horizonte común de los granadinos con menos recursos, emigrados del Barranco del Abogado, de la Virgencica, del Albayzín. El caldo de cultivo para una izquierda antifranquista radicalmente revolucionaria, surgida, paradójicamente, en un arrabal fruto de la política social paternalista del Ministerio de la Vivienda. Con el transcurso de las décadas, conforme el empuje antisistema se derretía al sol de la democracia liberal, aumentaron la delincuencia, la marginación y la despolitización en la zona norte de la ciudad de Granada. Se esfumaba así otra esperanza.

El niño de los vermuses, tal y cómo le apodaron sus compañeros de trabajo, por su reconocida afición a tomarse un vermú fresquito en Bodegas La Mancha, apenas pudo superar los cincuenta años. Después de sufrir un accidente laboral que le dejó cojo, un derrame cerebral le arrebató la existencia el 8 de febrero de 1977. Aún no tenía 52 años.


Antonio García López era mi abuelo. Desde crío siempre he notado su ausencia, he mitificado su persona, he imaginado cómo hubiera sido mi vida si él no hubiera muerto tan pronto. Además, cuando adelgacé empezaron a encontrarme parecido físico con él, lo que reforzó la idealización del abuelo en mi psique.

Este texto era un proyecto largamente acariciado, algo que me debía a mi mismo, y a los míos. La venganza prosaica de un nieto huérfano, que intenta restañar con palabras las heridas familiares que deja la historia.

miércoles, junio 24, 2009

Fogonazos del pasado

Para Ana, en la distancia.

La infancia es el paraíso perdido que nunca podremos recuperar. Por mucho que nos esforcemos, el tiempo es un juez inexorable que dicta sentencias inapelables. Ante la tiranía de las leyes físicas, el único recurso que nos queda es la nostalgia.

Ejercito habitualmente mi nostalgia, acompañada a veces de su hermana gemela melancolía. Soy un pequeñoburgués escorado hacia el sentimentalismo, no lo puedo evitar.

No hace ni un mes descubrí en la página web de la Asociación de Vecinos del Parque Nueva Granada dos instantáneas que me devolvieron de golpe y porrazo a los dorados años noventa. Las dos imágenes son de un mismo lugar, el pedazo de tierra existente entre el citado barrio del Parque Nueva Granada y el enclave cercano de Casería de Montijo.

En la primera de las fotos aparece el cortijo de La Campana, achacoso y olvidado, como un disparo certero al fondo de mi memoria. Aquella casería semiderruida y cochambrosa fue uno de los escenarios principales de las correrías de mi niñez. Soltando caballos para pasar el rato, haciendo equilibrios sobre el estanque carente de agua y relleno de escombros, calentándonos junto a la lumbre de un gitano de sombrero de fieltro y lorzas inabarcables, hicimos del cortijo base de operaciones y campo de batalla.


La segunda de las fotos plasma la demolición de lo que quedaba de La Campana, ejecutada por modernas excavadoras en diciembre de 2008. En el sitio que ocupaba el cortijo se construirá un centro de salud, muy demandado por la población de estos barrios, estratégicamente situados entre la clase media baja de Cartuja y el lumpen rampante de Almánjayar.


Bajo los añicos de La Campana, dormirán eternamente los juegos compartidos de unos niños que dejaron de serlo.

lunes, junio 22, 2009

Pongamos que hablo de Dolores


Nosotros, los comunistas, sentimos una especial devoción por Dolores Ibárruri La Pasionaria. En el Olimpo de nuestros dioses revolucionarios, Dolores ocupa un destacado lugar, al abrigo de tanto señor barbudo, de extraño acento y maneras decimonónicas.

Santa laica de la causa republicana, anatemizada por trotskistas y fascistas, imagen sempiterna de la mujer española, de luto riguroso por las desdichas y los pesares de la clase obrera.

Pasionaria catalizó el empuje antifascista de los españoles en los primeros meses de la contienda civil, contribuyendo como pocos al crecimiento exponencial del PCE y a la articulación de una fuerzas armadas eficaces, capaces de responder al desafío bélico de los sublevados.

Seducida por el estalinismo, toleró los tejemanejes soviéticos en la zona republicana, cimentando de paso su propia leyenda negra entre la extrema izquierda y el anarquismo. Calumniada por los esbirros del dictador durante décadas, ninguneada por su sucesor al frente de la secretaría general del PCE, el sin par Santiago Carrillo Solares.

Madre amantísima de Rubén Ruiz Ibárruri, Héroe de la Unión Soviética, muerto en la batalla de Stalingrado, amiga de Irene Falcón, amante de Francisco Antón, cocinera de tortillas de patatas para María Teresa de Borbón-Parma, la princesa roja del carlismo. Pionera de tantas Pasionarias, mujeres insobornables, heroínas de pueblos hermanos: Angela Davis, Gladys Marín, Rigoberta Menchú,...

Elevada a los altares del comunismo español, reducida a objeto de culto, fue devorada por la Transición, que domesticó a los indomables magistralmente, sin que lo notaran siquiera.

En estos instantes, en Alcalá del Valle, en la serranía de Cádiz, están inaugurando una residencia de ancianos que lleva su nombre, un proyecto público de un Ayuntamiento republicano, el sincero homenaje de la gente decente a la comunista que, entonces, en el fragor de las trincheras, nos señaló el camino a seguir.

viernes, junio 19, 2009

Análisis poselectoral de un militante de base novato

Llevo dos semanas escasas militando en el Partido Comunista de Andalucía, y consecuentemente en Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía. Soy primerizo en estas lides, así que no puedo apoyar la reflexión que voy a desarrollar en la experiencia, en el trabajo militante o en la lucha callejera por un mundo mejor. Sólo puede sostenerme mi conciencia.

Nos pide Maite Molina*, la coordinadora local de IU en la ciudad de Granada, que aportemos nuestra visión sobre las recientes elecciones europeas, sobre nuestros resultados en la capital y en la provincia o sobre el fenómeno UPyD.

Participé como apoderado de IU en los comicios, en el colegio Sierra Nevada, sito en el paseo del Emperador Carlos V, en el barrio del Palacio de Deportes. Durante toda la jornada, contemplé la fuerza arrolladora del bipartidismo, representado por decenas de apoderados e interventores de los dos grandes partidos. Me encontraba cohibido, pues estaba sólo y nunca había sido apoderado ni ninguna cosa parecida.

A medida que iba transcurriendo el domingo, me fui adaptando a la situación, integrándome en el ambiente electoral, analizando la pieza fundamental de la democracia representativa: el voto. El colegio en el que me encontraba tenía tres mesas electorales, dos de ellas pertenecientes al distrito Genil, y la tercera al distrito Zaidín. En las dos primeras venció el PP, con una ventaja holgada frente al PSOE, seguidos muy de lejos por UPyD y por IU. En la mesa zaidínera, ganó el PSOE, dejando a cierta distancia a los de Rajoy, empatando nosotros con la fuerza política dirigida por Rosa Díez.

Además de comprobar el diferente sentido del voto en los dos distritos arriba mencionados, lo que no hace sino reflejar su diferente composición social (El Zaidín es el barrio obrero más grande y más poblado de la ciudad, mientras que el distrito Genil agrupa a varias barriadas de poder adquisitivo superior), hice piña con el apoderado de UPyD, ya que él también estaba sólo. Pude conversar con él, manifestando ambos nuestra oposición a la Ley Electoral y al sistema electoral, que perjudica a ambas formaciones en los comicios generales.

Los resultados del 7 de junio consolidaron a nivel estatal el cambio de tendencia que venían reflejando las encuestas desde hace meses: el reforzamiento del PP a costa del debilitamiento del partido en el Gobierno, el PSOE. IU pudo mantenerse, perdiendo una cantidad ínfima de votos. El efecto Cayo Lara parece que empieza a notarse, aunque mucho menos de lo que a nosotros nos gustaría.

UPyD es la gran sorpresa de las elecciones, situándose en quinto lugar, a 130.000 y pico votos de IU. A muchos les ha dejado a cuadros el espectacular crecimiento electoral de este partido desde su fundación el 26 de septiembre de 2007. Para mí ha sido la crónica de un éxito anunciado.

Unión, Progreso y Democracia ha sabido aunar el discurso de libertades civiles del PSOE con el credo españolista del PP. Haciendo bandera de la Constitución, erigiéndose en portavoz de los no nacionalistas (aquellos que todavía no se atreven a reconocerse cómo nacionalistas españoles), con el enorme altavoz propagandístico de El Mundo, la Cope o Libertad Digital. UPyD es la alternativa de un sector de la clase dominante, que se ha aventurado a buscar un tercer camino, al margen del PSOE y del PP. Un experimento populista y demagógico, que ha sabido conectar con una determinada parte del electorado.

Sin el mastodóntico arsenal mediático que la respalda incondicionalmente, Rosa Díez no sería más que polvo cósmico. No creo que sea una amenaza para nosotros, su granero de votos bascula entre el ala derecha del PSOE y el ala izquierda del PP. Sería interesante incluso elaborar una estrategia conjunta con ellos de cara a la reforma de la ley electoral, aunque sólo debe de ser una alianza de tipo coyuntural.

En cuanto a nuestros resultados, parece que hemos podido frenar la caída en picado que afectaba a IU desde la marcha de Julio Anguita. Lo fundamental ahora es recuperar el prestigio y la credibilidad perdídas, manteniendo nuestras señales de identidad, aquellas que nos acercaron a los tres millones de sufragios en las elecciones generales de 1996:

-La defensa de una intervención pública contundente en la economía de mercado.

-La oposición frontal a la corrupción institucional que asola España.

-La apuesta por la Tercera República como un sistema capaz de integrar a las diversas nacionalidades del Estado.

-La intención inquebrantable de desmantelar las base militares usamericanas en territorio español, preludio inevitable de una política exterior soberana e independiente.

-La pretensión de lograr la definitiva separación del trono y del altar, consagrando la laicidad del Estado en un clima de respeto a cada una de las confesiones religiosas autorizadas por la ley.

-La construcción del Socialismo del siglo XXI, cómo horizonte a conquistar.

Con respecto a nuestra situación tras el 7-J en la provincia de Granada, sólo puedo constatar que la capital sigue siendo profundamente reaccionaria, partidaria del populacherismo extremo a lo Pepe Torres, indispuesta a la hora de cuestionar los porqués de la crisis económica. Parece mentira, que envueltos en la vorágine de una recesión desbocada, que destruye cientos de miles de puestos de trabajo, los partidos de la derecha neoliberal arrasen en la Europa comunitaria.

El sino de Izquierda Unida es la soledad del corredor de fondo, el saber que siempre estaremos en la diana de los medios de comunicación, dispuestos a acusar sin pruebas y a condenar con nocturnidad y alevosía. Debemos buscar a nuestra gente en los barrios proletarios, en las fábricas, en las asociaciones de vecinos, en los sindicatos de clase, en las ongs combativas, en la intelectualidad comprometida con el cambio social y no con el grupo mediático de turno.

Nuestro sitio está en la calle, al cabo de los problemas de la gente, y no al calor del sillón municipal o provincial. La presencia en las instituciones debe complementar nuestro trabajo diario en medio del mundanal ruido, nunca sustituirlo ni amordazarlo. La renovación de cargos es imprescindible, la práctica de la democracia interna otro tanto.

El Partido Comunista debe servir de referente ético y de vanguardia ideológica a IU, pues ha estado presente en la vida política española desde hace casi noventa años, siendo en la hora trágica de la guerra civil y en la nebulosa terrorífica de la dictadura ejemplo de resistencia y de unidad para los trabajadores. De los errores del tardofranquismo y de la Transición también podemos y debemos aprender.

Empieza ahora una etapa muy importante en mi vida, doy un paso que me había resistido a dar, tras mucho meditar, tras comerme la cabeza en incontables ocasiones con el asunto de marras.

Desde este momento, estoy a vuestra disposición, compañeros.

José María García Labrac.

* Mil perdones, la brevedad no es una de mis virtudes.

jueves, junio 18, 2009

Yuri Zhivago volvió a Granada



*Fotografías tomadas el domingo 14 de junio de 2009, en el Teatro Isabel la Católica, instantes antes de la proyección de la película Duelo en los muelles (Youssef Chahine, 1956), uno de los primeros filmes del actor egipcio Omar Sharif.